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jueves, 14 de julio de 2011

Identidad institucional e integración

Con un parasol, el nuevo edificio del Colegio de Arquitectos santafesino expresa su carácter institucional y apuesta a la adecuación al entorno.

Porpor paula baldo

Un pesado plano de hormigón que parece suspendido le da una fuerte identidad institucional al nuevo edificio del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Santa Fe Distrito 1 (CASF). Respetando la escala de los linderos, marca un hito en pleno centro de la ciudad.

El CASF es una institución relativamente joven. Recién en el año 1991, la colegiatura de arquitectura se separó del resto de profesiones afines y adquirió un estatus propio. Hasta entonces, los arquitectos, ingenieros y maestros mayores de obra, se nucleaban en un mismo consejo profesional.

A partir de ahí, los arquitectos anhelaron la construcción de un edificio propio que debió posponerse por la falta de presupuesto y las sucesivas crisis nacionales e internacionales. Finalmente, el 28 de diciembre del año pasado se inauguró el nuevo edificio con una fiesta que se extendió sobre la calle San Martín.

El primer paso concreto se dio en 1999 con el llamado a un concurso de anteproyectos. Con la particularidad de que el primer premio resultó compartido entre dos equipos: los arquitectos Gabriel Biagioni, Javier Mendiondo y Sergio Pecorari, por un lado; y José Giolongo, Luis Pessoni y Ramiro Piva, por otro.

“Se generó una situación inédita en la que hubo que agudizar el ingenio desde el punto de vista político para satisfacer tanto a los equipos ganadores como al comitente --explica el arquitecto Mario Anselmi, presidente del CASF--. Las autoridades encontraron un punto medio entre la ponderación de un trabajo y otro”.

Luego del fallo compartido, los arquitectos premiados realizaron un nuevo proyecto que tuvo en cuenta los aciertos de cada uno. Resultó una obra que, según sus autores, participa de la continuidad de la escala del tejido edificado , pero genera además una clara ruptura desde lo perceptual, tecnológico y formal.

El proyecto síntesis de las dos propuestas consagradas conservó la fachada del de Biagioni, Mendiondo y Pecorari. En su dictamen, el jurado ponderó: “La articulada relación entre el dominio público y el institucional mediante la incorporación de un hall exterior que, a modo de atrio, propone no sólo una integración entre el adentro y el afuera sino que, al mismo tiempo, genera una imagen de presencia de la institución en la calle, una tensión de dirección que ordena el interior”. A su vez, la placa de hormigón martelinado “resuelve satisfactoriamente las exigencias del control climático”, destacó el jurado.

El plano plegado que delimita el atrio de ingreso está deliberadamente separado en los laterales y suspendido sobre columnas metálicas que se asemejan a unos “palitos chinos”. Según Mendiondo, descartaron las columnas verticales porque “jugaban muy verticalmente en las proporciones casi cúbicas del atrio y le daban mucha solemnidad”. La placa se despega el suelo sólo 2,50 metros para acentuar la diferencia entre ambos espacios.

Mientras que la imagen institucional fue el punto fuerte de uno de los proyectos premiados, la funcionalidad sumó en la propuesta de Giolongo, Pessoni y Piva. El jurado consideró como “muy valorable” la ubicación del auditorio en relación con la afluencia masiva, al mismo tiempo que se reservaba la planta baja a las actividades que representan la vida diaria del Colegio.

Finalmente, se reformuló el programa del edificio y se adecuó a los recursos económicos disponibles: “Se redujeron las pretenciones en el número de plantas y se minimizó el área en el subsuelo”, señala Anselmi.

El auditorio pasó a ocupar un sitio de privilegio en la planta baja para asegurar su integración con el circuito cultural de la ciudad. En el segundo nivel, se abre a través de la medianera una conexión que integra el nuevo edificio a las oficinas anteriores del colegio, que eran compartidas con la antigua organización de la colegiatura. Allí se emplaza la presidencia y un auditorio. “Una trama tridimensional de espacios de encuentro estructura las unidades funcionales, respetando un principio de flexibilidad permanente en todo el edificio”, resume la memoria del proyecto.

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